Gracias
Reconocimiento al profesor don Antonio de Armas de la Nuez
Cuando se adentra en el legado que nos ha proporcionado don Antonio de Armas es cuando se valora de verdad la inmensidad de la herencia que ha construido para todos los aficionados amarillos
Creo que nunca serán suficientes el reconocimiento y el agradecimiento de los aficionados hacia el profesor don Antonio de Armas de la Nuez, consejero e historiador oficial de la Unión Deportiva Las Palmas: su legado para las nuevas oleadas de aficionados amarillos es imprescindible.
El profesor De Armas nos ha dado a todos los aficionados lo más importante que tienen las personas y que no se puede comprar con dinero: su tiempo. Nos ha dado a todos sus mejores años, nos ha dado, en definitiva, su vida. Dedicó su tiempo —no una semana o un mes o un año, si no muchos días, día tras día, mes tras mes, año tras año— a la impagable labor de recopilar, ordenar y planificar toda la historia de nuestra Unión Deportiva, tal y como la conocemos hoy, para después relatarla con su sabiduría literaria y hacerla pública.
Ese incesante esfuerzo de tantos lustros y, sobre todo, su afán por que nuestro equipo tuviera una verdadera historia lo llevaron a rescatar documentos abandonados en la basura o simplemente despreciados, a encontrar trofeos desaparecidos o a recuperar muchas de esas preciosas fotografías que hoy circulan por la red con supuestos dueños (impostores) y que en muchas ocasiones tuvo que pagar de su propio bolsillo.
El incansable trabajo del profesor De Armas queda oculto tras la grandeza de sus publicaciones, Historia de la U. D. Las Palmas, con sus cuatro volúmenes espectaculares, Unión Deportiva Las Palmas Orgullo de una antigua herencia, y la no menos grandiosa Juan Guedes Rodríguez. Referente sociológico de una época. Pero hay que traspasar estas obras para valorar como es debido lo que el profesor ha construido para toda la familia amarilla, para la presente y para la futura, que es, nada más y nada menos, que una historia, documentada, organizada, fotografiada y literariamente relatada. Esta es la verdadera gran obra de don Antonio de Armas de la Nuez.
Para ser sincero, creo que los aficionados amarillos hemos tenido la grandísima suerte de que haya sido don Antonio la persona que se cruzó en los destinos inescrutables de la vida para ser el responsable de tal cometido, ya que contaba con todos los requisitos necesarios para que el éxito fuera absoluto.
Por eso, gracias, don Antonio.
P. D.: Recomiendo sobremanera la lectura del prólogo que le dedica don Diego de Vicente en la obra Juan Guedes Rodríguez. Referente sociológico de una época.