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Otra época

Nicolás no falló el penalty

Había quedado para la posterioridad en la historia de la Unión Deportiva Las Palmas que nuestro primer delantero centro, Nicolás Morales Rodríguez, erró un penalti en el partido que nos enfrentaba con el Unión Deportiva Melilla, donde, además, se jugaba el ascenso de categoría

El 25 de junio de 1950, domingo, se disputó en el estadio Álvarez Claro de la Ciudad Autónoma de Melilla el penúltimo encuentro de la 2.a fase de la Tercera División, grupo 2, entre la Unión Deportiva Melilla y la Unión Deportiva Las Palmas, con victoria de los locales por 2 a 0. Al ser tan lejos, los medios periodísticos canarios no presentaron ningún enviado especial a cubrir aquel partido, por lo que el seguimiento hubo que hacerse a través de la radio. En aquel entonces la emisión radiofónica comenzaba a llegar, pero no tenía la calidad suficiente como para llegar hasta Canarias con nitidez, pues sufría cortes y no se oía bien, lo que justifica de pleno el desconcierto en la información que se recibía. Como ejemplo, véase el titular de la crónica del encuentro firmada por el periodista Quico Olivares para el periódico Falange del martes 27 de junio, donde la describe como «una pésima retransmisión».

A pesar de la derrota, el partido fue una fiesta para la U. D. Las Palmas y sus aficionados debido a que la victoria del S. D. Ceuta por 2 a 0 sobre el Imperial C. F. de Murcia daba la clasificación matemática para ascender a la Segunda División nacional para la siguiente temporada de 1950-1951. De este modo, se había logrado el primer gran objetivo del club recién creado y, por primera vez en la historia del fútbol español y canario, un equipo de las islas jugaría en esta categoría.

En el susodicho partido y debido, como decíamos, a la mala calidad de la retransmisión radiofónica, se dio como hecho cierto que se señaló un penalti a favor de la Unión Deportiva antes de que finalizara la primera mitad, además de la anulación de un gol. El penalti lo ejecutó Nicolás, que lo erró al lanzarlo fuera del marco melillense.

Esta fue la versión de la crónica. La sorpresa fue mayúscula por quién resultó ser el ejecutor de la pena máxima, ya que el encargado habitual del lanzamiento de los penaltis era Peñita, con su gran zurda, desde el mismo momento en que se incorporó a la disciplina del equipo. De esta manera, resultaba muy extraño que, estando Peñita presente en el terreno de juego, no fuera él el encargado del lanzamiento, tal como escribe el propio Quico Olivares.

La aclaración no llegó hasta el viernes siguiente, cuando nuestros representantes llegaron a la isla de regreso, ya que antes (el jueves 29) se disputó el encuentro con S. D. Ceuta, el último de esta fase. En declaraciones a la prensa, Carmelo Campos y Navarro Mazotti aclararon que no existió tal penalti, sino que se trató de una falta al borde del área que ejecutó Nicolás y que, además, consiguió un golazo de un disparo magnífico que el colegiado anuló con posterioridad alegando que la falta era indirecta, tal como se puede observar en la imagen que se adjunta del artículo de Quico Olivares, publicado el sábado 1 de julio de 1950 en el Falange.

En la crónica del partido publicada en el diario melillense El Telegrama del RIF el lunes 26 de junio de 1950 podemos observar con mayor detalle y credibilidad lo sucedido en aquel partido. Así, señalan que a las seis menos diez de la tarde, es decir, en el minuto diez del partido, se lanzó una falta indirecta que terminó en gol que anuló el colegiado del encuentro. A continuación, incluimos la mencionada crónica completa del partido recogida en El Telegrama del RIF, a la que hemos tenido acceso gracias a la colaboración de la hemeroteca de la Biblioteca Pública de Melilla.

📰El Telegrama del RIF el día 26 de junio de 1950